Este fin de
semana pasado fui a Madrid a visitar a mi madre. Mi QE se fue a Londres el
miércoles así que aproveche y el viernes cogí el tren y me fui para la capital.
Madrid es una
ciudad que mucha gente tiene ganas de visitar por su historia, por su
arquitectura, por su “noche madrileña”.
Para mí, las dos únicas razones para
visitar Madrid son
1º Mi madre
2º Algún buen concierto al que asistir y
aprovechar el mismo para ver a mi madre.
Mi madre en el Tandoori Indian Cuisine |
A mi particularmente no me
atrae Madrid. Sé que a mucha gente le encanta y que no podrían cambiar de
ciudad, pero en mi no ejerce ese magnetismo. Sinceramente y pecando quizás de
impopular en mi opinión, a mi me gusta más Barcelona como ciudad, pero antes de
decir porque me gusta Barcelona como ciudad, voy a decir porqué no me atrae
Madrid.
No me atrae Madrid porque la
gente me parece arisca, un poco amarga. Caminando por las calles de Madrid es
muy difícil encontrarse con una sonrisa. Parece que se les ha olvidado lo
castizo. La gente va apurada, ensimismada y con apariencia de enojada. Quizás
sea porque estoy acostumbrada a los andaluces que son la mar de simpáticos y
abiertos. Da igual que vayas a Málaga, Granada, Sevilla o a un pueblito del Andalucía
interior, la gente siempre es amable y te obsequian con su tiempo y su sonrisa.
Si no me creen, prueben a preguntar por direcciones a un andaluz y hagan la
misma cosa con un madrileño. El resultado es monumentalmente diferente. A la
gente parece que se le ha olvidado el decir “Hola” y más aún un “¿Cómo estás?”
Madrid es una ciudad apurada.
Todos están apurados, niños, adultos, ancianos y perros. No es lo mismo sacar a
pasear a tu perro por Madrid que por Málaga. En Málaga la gente se te acerca a
preguntar por tu perro, te saludan por la calle y si tu perro es bonito siempre
escuchas piropos. Si te cruzas con otra persona paseando a su perro, esta
persona te saluda y normalmente surge conversación debido a los perros, al
tiempo o a cualquier otra cosa. En Madrid no pasa esto y no es solamente mi
experiencia sino que otra gente también me lo ha comentado. La gente saca a
pasear a sus perros y da igual si te acercas y saludas, muy pocos te devuelven
el saludo y si tienes rasgos sudamericanos o filipinos o asiáticos asumen
directamente que eres una persona “del servicio” y te tratan tal cual. Muy
desagradable.
En Madrid hoy día el ocio es
caro y en muchas ocasiones poco hospitalario,
como comentan en el artículo
publicado en el Hufftington Post en español “Turismo
extranjero cae en Madrid” además de añadir que Madrid es el único destino
turístico español que perdió visitantes en 2013.
Pero no todo es así en
Madrid. Madrid es muy cosmopolita y gente de todas partes del mundo caminan sus
calles y viven su día a día. Es interesante ver cómo nuestros orígenes
condicionan muchas veces cómo interactuamos con la gente que nos rodea.
Mientras en Madrid los madrileños actúan como si fueran que están desconfiados
del mundo, por sus calles ves a gente otras partes del mundo que se enfrentan a
la ciudad de manera distinta, africanos con alegría en los ojos, ecuatorianos
con la mirada al suelo, filipinos con humildad, sudamericanos en general
amables y ruidosos, nórdicos curiosos y cuidadosos, ingleses típicos turistas.
Madrid ofrece mucho pero
sería más bonito si su propia gente se diera que como decía mi abuelo “Lo
cortés no quita lo valiente”.
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