Tuesday, March 4, 2014

Reflexiones acerca de Madrid


Este fin de semana pasado fui a Madrid a visitar a mi madre. Mi QE se fue a Londres el miércoles así que aproveche y el viernes cogí el tren y me fui para la capital.
Madrid es una ciudad que mucha gente tiene ganas de visitar por su historia, por su arquitectura, por su “noche madrileña”. 

Para mí, las dos únicas razones para visitar Madrid son
1º Mi madre
2º Algún buen concierto al que asistir y aprovechar el mismo para ver a mi madre.

Mi madre en el Tandoori Indian Cuisine


A mi particularmente no me atrae Madrid. Sé que a mucha gente le encanta y que no podrían cambiar de ciudad, pero en mi no ejerce ese magnetismo. Sinceramente y pecando quizás de impopular en mi opinión, a mi me gusta más Barcelona como ciudad, pero antes de decir porque me gusta Barcelona como ciudad, voy a decir porqué no me atrae Madrid.

No me atrae Madrid porque la gente me parece arisca, un poco amarga. Caminando por las calles de Madrid es muy difícil encontrarse con una sonrisa. Parece que se les ha olvidado lo castizo. La gente va apurada, ensimismada y con apariencia de enojada. Quizás sea porque estoy acostumbrada a los andaluces que son la mar de simpáticos y abiertos. Da igual que vayas a Málaga, Granada, Sevilla o a un pueblito del Andalucía interior, la gente siempre es amable y te obsequian con su tiempo y su sonrisa. Si no me creen, prueben a preguntar por direcciones a un andaluz y hagan la misma cosa con un madrileño. El resultado es monumentalmente diferente. A la gente parece que se le ha olvidado el decir “Hola” y más aún un “¿Cómo estás?”


Madrid es una ciudad apurada. Todos están apurados, niños, adultos, ancianos y perros. No es lo mismo sacar a pasear a tu perro por Madrid que por Málaga. En Málaga la gente se te acerca a preguntar por tu perro, te saludan por la calle y si tu perro es bonito siempre escuchas piropos. Si te cruzas con otra persona paseando a su perro, esta persona te saluda y normalmente surge conversación debido a los perros, al tiempo o a cualquier otra cosa. En Madrid no pasa esto y no es solamente mi experiencia sino que otra gente también me lo ha comentado. La gente saca a pasear a sus perros y da igual si te acercas y saludas, muy pocos te devuelven el saludo y si tienes rasgos sudamericanos o filipinos o asiáticos asumen directamente que eres una persona “del servicio” y te tratan tal cual. Muy desagradable.

En Madrid hoy día el ocio es caro y en muchas ocasiones poco hospitalario,  como  comentan en el artículo publicado en el Hufftington Post en español “Turismo extranjero cae en Madrid” además de añadir que Madrid es el único destino turístico español que perdió visitantes en 2013.

Pero no todo es así en Madrid. Madrid es muy cosmopolita y gente de todas partes del mundo caminan sus calles y viven su día a día. Es interesante ver cómo nuestros orígenes condicionan muchas veces cómo interactuamos con la gente que nos rodea. Mientras en Madrid los madrileños actúan como si fueran que están desconfiados del mundo, por sus calles ves a gente otras partes del mundo que se enfrentan a la ciudad de manera distinta, africanos con alegría en los ojos, ecuatorianos con la mirada al suelo, filipinos con humildad, sudamericanos en general amables y ruidosos, nórdicos curiosos y cuidadosos, ingleses típicos turistas.


Madrid ofrece mucho pero sería más bonito si su propia gente se diera que como decía mi abuelo “Lo cortés no quita lo valiente”.

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